Las fábulas son historias donde los protagonistas son animales y siempre acaban con una moraleja. Desde muy pequeños contamos a los niños estas historias para que aprendan algo de ellas: a compartir, a ser precavido, a esforzarse, etcétera. Son una manera divertida y entretenida de enseñar a los más pequeños el significado de algo para que puedan entenderlo.
Un ejemplo de ello y una de las más conocidas en el cuento de la liebre y la tortuga, donde ambos se echan una carrera a ver quien llega antes a la meta pero obviamente la liebre es mucho más hábil y rápido que la tortuga, con lo cual ésta se confía y antes de llegar a la meta se tumba a dormir creyendo que la tortuga nunca le alcanzaría y que le llevaba muchísima ventaja. La tortuga, que nunca descansó y continuo su marcha todo lo rápido que podía ser, consiguió adelantar a la liebre cuando ésta dormía y finalmente ganó la carrera. La moraleja de esta historia es que nunca hay que subestimar a los demás, no te creas el mejor e infravalores a los demás.
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