Todos los niños tienen su propio ritmo y eso es algo que siempre debemos tener en cuenta. Sin embargo, no podemos obviar que, a cierta edad, deben manejar las destrezas básicas. Por ejemplo, el lenguaje.
Algunos pequeños inician con el pre-lenguaje, o etapa prelingüística, muy temprano, (esos sonidos graciosos que nos encantan). Luego comienzan a aparecer los fonemas, que son esas “palabras inventadas” que se parecen a las reales, como por ejemplo, “lleta” para referirse a “galleta”. Con el paso del tiempo, estas se perfeccionan hasta llegar a desarrollar el lenguaje por completo.
Ahora bien, ¿Cuándo hablamos de un problema o dificultad del lenguaje? Tomando en cuenta el ritmo particular de cada niño, se espera que a los 3 años ya pueda comunicarse con frases cortas, y dominar alrededor de mil palabras. A los 4 años, el pequeño es más bien curioso y expresa de manera bastante clara sus deseos.
Claro que lo ideal es reforzar el lenguaje desde una edad más temprana y, en caso de ser necesario, ayudar a tu hijo a superar estas dificultades en caso de que las presente. Para ello, comenzaremos por dar un repaso de lo que se espera en las diferentes etapas, antes de los 4 años, y luego, te daremos algunos ejercicios sencillos y efectivos para incentivarle.

Etapas del desarrollo del lenguaje en niños
Existen tres grandes etapas del desarrollo del lenguaje. Como ya mencionamos, la primera es la prelingüística, que se da de los 0 a los 10 meses. Aquí se observa la aparición de los primeros sonidos, que poco a poco se deben ir transformando en las palabras inventadas. En esta etapa aparecen también las entonaciones, donde el niño imita las conversaciones de los adultos a su alrededor.
La siguiente etapa es la lingüística, de los 10 a los 14 meses. Lo primero que vas a observar es que, al principio, la aparición del lenguaje es lenta, pero al llegar a esta edad, el proceso se acelera notablemente. En este momento, tu pequeño hará un esfuerzo por expresar sus ideas y emociones, valiéndose del lenguaje. Le da un significado más completo a las palabras, demostrando que las comprende.
Verás que arma frases simples, de dos a tres palabras, y poco a poco las elabora más. También expresa órdenes sencillas, como “más agua” o “a jugar”, del mismo modo, las entiende y ejecuta, tal es el caso de “guarda el juguete”.
La tercera etapa es la del lenguaje avanzado, de los 16 meses a los 4 años. Es cuando comienzan a enriquecer su vocabulario y pasan de dominar unas 100 palabras a más de 1500. Aunque le queda mucho camino para alcanzar el lenguaje de un adulto, este es perfectamente comprensible por ti y los demás. Las frases son más complejas, pueden contar historias y son capaces de llevar una conversación completa.
¿Cómo saber si mi hijo tiene un problema de lenguaje?
Para determinar si tu hijo tiene dificultad en el desarrollo del lenguaje debes acudir a un especialista. Algo que harás si notas que hay algunos fallos dentro de las características que hemos mencionado en cada etapa.
Recuerda que algunos niños pueden tomarse algo más de tiempo para llegar a la meta, y esto no significa que presenten problemas en el futuro. El lenguaje es algo que los pequeños aprenden tarde o temprano. Si crees que tu hijo necesita ayuda, ofrécele toda la que tengas a tu alcance y pronto verás los resultados positivos.
Además de contar con el especialista, puedes hacer algunos ejercicios en casa para ayudarlo a mejorar el lenguaje. Te dejamos algunos sencillos, eficaces e incluso divertidos.

Fortalece sus músculos faciales y mejora su lenguaje
Una de las maneras de ayudar a los más pequeños a dominar el lenguaje es fortalecer sus músculos faciales, especialmente aquellos que intervienen en el proceso del habla. Con estos ejercicios que te contaremos a continuación estarás trabajando su capacidad para modular mejor, por lo que la pronunciación será más precisa.
La carrera de papelitos
Coloca en uno de los lados de la mesa puñados de papelitos de colores, tantos como “jugadores” participen. Con una pajilla, los participantes deben soplar hasta llevar los trocitos de su color correspondiente hasta el otro lado, que será la meta.

Atrapa el dulce
Prepara una tacita con algún dulce que le guste a tu hijo, pero que tenga una consistencia densa y espesa, como la leche condensada o la mermelada. Ahora, con una cucharilla coloca una gota del dulce en la comisura del labio y dile que debe atraparlo con la lengua.
Deja caer sucesivamente gotas del dulce, a cada lado del labio, la barbilla y la parte superior de la boca. La idea es llevarlo a mover la lengua en todas las direcciones, ejercitando su lenguaje, pero de una forma deliciosa y divertida. Luego de un rato de ejercicio, prémialo dejando que tome el resto del dulce.
Burbujas de colores
Es un juego muy divertido y colorido que ayudará a tu hijo a ejercitar su lenguaje. Comienza por preparar varios tazones con agua y colorantes para alimentos. Ahora, con una pajilla, deben soplar cada vasito hasta lograr que salgan las burbujas de colores. ¡Mientras más fuerte, mejor!
Para darle un toque adicional a este juego y aprovechar y estimular su lado artístico, además del lenguaje, coloca con cuidado una hoja blanca sobre las burbujas más grandes, para que estas dejen su huella en la misma. Saldrán dibujos de lo más originales y tu hijo querrá hacer las burbujas más grandes para lograrlo.

Los gestos en el espejo
Invita a tu hijo a sentarse junto a ti frente al espejo. Una vez allí explícale que debe imitar cada uno de tus gestos. A continuación, comienza por estirar los labios, dar besos, inflar las mejillas, y dejar escapar el aire despacio, sacar la lengua y moverla alrededor de la boca. ¡Has todas las muecas posibles!
Después de un buen calentamiento, di algunas palabras “complicadas” con una pronunciación algo exagerada, para que él pueda fijarse en tus labios e imitarte. Esto ayuda a incentivar el lenguaje, además de ser una buena técnica para mejorar su concentración.
Soplar, soplar, soplar
Como puedes observar, los labios y la lengua son clave para el desarrollo del lenguaje, por lo tanto, soplar es el mejor ejercicio. Así que las velas, las pompas de jabón con aros, las flautas y los pitos son tus aliados. ¡Qué no falten en casa!
¡Ayúdale a adquirir vocabulario!
Además de saber pronunciar las palabras correctamente, es fundamental que adquiera un vocabulario amplio y acorde con cada etapa de su desarrollo del lenguaje. Y, mientras lo ayudas a aprender cada vez más palabras, no olvides la importancia de conocer sus significados y comprenderlos.
Existen muchos juegos divertidos para los más pequeños y que pueden ser aliados para estimular y fortalecer el lenguaje. Por ejemplo, un buen par de prismáticos para descubrir y nombrar objetos nuevos es, definitivamente, una aventura beneficiosa. Además de eso, aquí te contamos otras actividades que puedes aplicar con tu hijo.
Atrapa las palabras
Digamos que es el mismo ejercicio de las tarjetas de palabras/dibujos que usan en las terapias de lenguaje, pero en este caso se ha transformado en un juego dinámico y divertido. Comienza por desplegar las tarjetas por un área de la habitación, siempre con la cara dibujada para abajo. Asegúrate de hacerlo a una distancia que tu hijo pueda cubrir con un salto.
¡Comienza el juego! El niño debe saltar hasta la primera tarjeta y voltearla. Para poder continuar y brincar hasta la otra lámina, debe pronunciar correctamente la palabra descubierta. Incluye palabras nuevas cada vez, para que sea entretenido. Pero no hagas más de seis a ocho saltos, o se hará muy largo el juego.

¿Qué estás construyendo?
Los juguetes de construcción de madera son muy beneficiosos para los más niños en casi cualquier etapa. Una de las principales razones es que son versátiles y pueden usarse para estimular distintas destrezas al mismo tiempo**.**
Por ejemplo, en el caso del lenguaje, puedes usar tacos de madera para invitar a tu hijo a construir distintas edificaciones e identificarlas por sus nombres. Pueden armar, castillos, casas, escuelas, árboles, puentes, prácticamente cualquier cosa.
Además, algunos de estos incluyen letras, por lo que puedes usarlas para escribir palabras y darle otro uso a favor del lenguaje.
Canciones de repetición y coordinación
Este es un juego que se usa mucho en las escuelas y es efectivo para estimular el lenguaje, la coordinación motora y el desarrollo cognitivo. Los mejores son aquellos que van añadiendo palabras nuevas para que los niños las repitan hasta aprenderlas.

La lectura es tu mejor aliada para mejorar el lenguaje
Una de las mejores maneras de estimular el lenguaje en los niños es la lectura. Esto no solo les ayuda a ampliar el vocabulario, también mejora la pronunciación, ya que escuchan las palabras correctas. Y, por si fuera poco, también estimula la comprensión. Los libros clásicos son excelentes y puedes encontrar algunos cuentos modernos que estimulan la lectura en los niños, además de favorecer el lenguaje.
También pueden invitarlo a crear sus propias historias. Pueden armarlas por turnos juntos, y cada uno aportar un pedazo de la aventura. Elige sus temas predilectos, como los dinosaurios. ¡Será de lo más divertido!
Hablar con tu hijo favorece el lenguaje
Cuando los niños son incluidos de manera natural en las conversaciones familiares, se les invita a participar y contar sus historias, en fin, cuando se habla constantemente con ellos, se está estimulando el lenguaje.
Ten paciencia y presta mucha atención a lo que dice, para que puedas corregir la pronunciación. La manera adecuada de hacerlo es repetir la palabra de la forma correcta, sin repetir la equivocada.
Cuando sea tu turno de hablar, hazlo con una buena pronunciación y no “como bebé”. Recuerda que ellos aprenden mayormente de la imitación. ¿Conoces otros ejercicios para estimular el lenguaje?